martes, 30 de marzo de 2010

El "canibalismo" en nuestros días




Va aproximadamente más de 1 año desde que la persona a quien le debo la vida y que me da la oportunidad de redactar estas líneas me llevó a un comedor vegetariano. Yo estaba con las típicas frases: ¿que hay de comer? ¿suela?, ¿más ensalada?, ¡pero esto es un chicle!, ¡esto es para los locos de Alfa y Omega!


Dichas frases han recorrido mi canal auditivo interno cuando invitaba a alguna amiga o amigo a hacerme las tabas a almorzar. Mas bien, lo que me sorprende ahora es que voy conociendo gente que piensa también que no es nada bueno comerse a los animales, partiendo por la premisa que nosotros mismos somos animales; ¿o acaso somos plantas, rocas, minerales, agua? Eso es realmente motivador.


Debo aclarar que yo como pescado y eventualmente pollo (más por presión familiar y por la falta de oferta que existe de comedores vegetarianos). Desde que me cambié de la medicina humana a la animal, he experimentado, a mi modo, cierta pasión por los animales (en particular con aquellos denominados animales de producción).


Yo, Antonio, soy un mamífero del grupo primate (mis compañeros faunistas pueden precisar este enunciado). El vacuno, el porcino, el cuy, el conejo, el caballo y demás animalitos también son mamíferos. Entonces, ¿es válido comer alguno de estos hermanos? Me imagino una sociedad dominada por los cetáceos (busquen dichas teorías, son alucinantes), en la cual mis hijos, no yo, sino mis futuros hijos, son parte del menú del día. La sola idea me aterra.


Esta es la razón por la cual ya más de 1 año no como carne mamífera, y creo yo, es una de las MEJORES decisiones que he tomado en la vida. No se trata de comer ensaladas y volverse anoréxico, sino de saber reemplazar la ingesta cárnica/protéica por alguna otra fuente de aminoácidos en el variopinto mercado peruano.


P.D. Realmente fue muy difícil conseguir la imagen para este tema tan sensible. Si colocaba alguna imagen de una vaca, puede decirse que soy muy subjetivo ya que adoro dichos animales, mas ¿quién demonios se comería a su perro?


Lo dejo a su criterio

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