Cenando un fuane (juane), típico potaje de la amazonía peruana, recién recuerdo que hoy se celebra la fiesta de San Juan en toda esta región del país. Mas haciendo unn ejercicio de memoria, desde épocas escolares, asalta mi mente la idea de que también se celebra el día del campesino, lo cual demanda toda una visión intercultural del tema.
Años atrás, cuando Velasco instituye esta celebración, se le llamaba Día del Indio, nombre que se modificó por el eufemismo campesino. En mis años mozos de escolar debíamos comer productos andinos dicho día; ya que, para entonces ni se escuchaba en Lima la famosísima fiesta de Sn Juan de la selva.
En pleno siglo XXI, ad portas de la fecha límite para el cumplimiento de los Objetivos del Milenio, convenio que el Perú firmó; suena ridículo asignar una fecha al poblador originario de estas tierras sudamericanas. Ridículo e hipócrita, sería más acertado, ya que en nuestros días vemos como sus derechos más fundamentales son atropellados, tanto en salud, educación, vivienda y participación ciudadana.
Salud: Gente de escasos recursos que tiene que caminar horas para acceder a un puesto de salud en el cual, un médico graduado en una universidad particular limeña que detesta estar realizando su SERUMS en dicha localidad, le recetará algún antibiótico o antiinflamatorio con el cual no cuenta dicha posta. Para sufrimiento mayor del paciente, el personal de salud apenas entiende quechua y el pobre enfermo no tiene como comunicarle sus dolencias. ¿Qué tipo de atención le brindamos al poblador rural? ¿Acaso su salud no vale igual que la de alguien que se atiende en la Clínica San Pablo?
Educación: Existe un programa del MED denominado Educación Intercultural Bilingüe (EBI) que busca integrar a las comunidades rurales, quechuahablantes, aymaras y amazónicas, al programa de Educación Básica del Perú; es decir brindar educación a este sector de la población peruana. Lo novedoso y rico del programa es que se enseña a los niños y adolescentes en su idioma materno, llevándose castellano como una segunda lengua. No obstante esta democrática y participativa propuesta existe en el papel, ya que los profesores que van a las escuelas EBI apenas hablan el idioma local y tratan de desasnar a los indios y que aprendan a comportarse como personas. ¿Dónde quedó la interculturalidad?
Vivienda: Han ocurrido sismos en el país que se tumban viviendas de gente pobre por su precaria construcción, del mismo modo que los huaycos e inundaciones arrasan con plantaciones y localidades. Sin rebuscar en los confines del Perú, han ocurrido ya varios años del terremoto de Pisco y de seguro esa ciudad sigue entre los escombros mientras los políticos apristas se ufanan de inaugurar los hospitales de EsSalud, a los cuales no tienen acceso ni el 50% de lugareños por no ser asegurados.
Participación ciudadana: Se habla que vivimos en una democracia, que es lo mejor que nos puede pasar y se nos obliga a ir a hacer colas interminables para sufragar, legitimizando así fraudes electorales y glorias personales. En pleno siglo XXI se cometen atropellos contra los nativos amazónicos quitándole sus tierras, so pretexto del desarrollo económico del país. Puede que Camisea, la minería, el petroleo y etc traigan progreso al Perú, pero todo el dinero que producen va a bolsillos de los apristas y los dueños del lugar, es decir los nativos, no tienen derecho ni a decidir sobre sus predios ni a gozar de los réditos financieros que brindan estas actividades económicas.
¿Se superó e investigó todo lo relacionado al Baguazo? No. ¿Alguna alternativa viable e inteligente se propone al VRAE? No. Da risa escuchar luego a los políticos decir que ha muerto. Gracias a estas diferencias sociales es que se permite aún impune el accionar subversivo. Esta es apenas una radiografía del ambiente en el que se desarrolla la vida del poblador rural. No ganamos nada comiendo un juane ni quinua el 24 de junio, sino cambiando nosotros este desolador panorama.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario