martes, 27 de abril de 2010

Aventuras en la feria del Libro


Manejando por la Avda. Abancay, rumbo al trabajo, me entero que hay una feria del libro en el cono norte. Hoy decidí ir pues queda cerca del hospital.

Llego al CC. donde se lleva a cabo y bueno, no era LA FERIA que digamos pero tenía algunos libros y editoriales escenciales para que un buen lector se sienta bien de haberse hecho el tripzazo de ir hasta el megaplaza. Llego al stand del IEP y compro 2 libros más de mi buena amiga María Rowstorowski, a quien definitivamente agradezco el hecho de destrozar, sin piedad, la imagen de la historia peruana que había estudiado en la secundaria.

Caminando en busca del auditorio donde sortearían más libros, llego al stand del gpo. Santillana donde me interno en medio de obras de José Saramago, Günther Grass, Santiago Roncagilolo, Alberto Fuguet, Rhoal Dhal y demás autores que conocí gracias al formato de los libritos de Alfaguara. Entonces, yo comprador compulsivo (de ciertas cosas y no ropa ni moda), llego a tirarme más de S/.150, los cuales sumados a los casi S/.50 del IEP y con ello, ¡pude participar de la ruleta de la suerte!

Presuroso acudo al stand de la Cámara del Libro y bueno, resulto ganador de un premio sorpresa...el cual fue realmente una sorpresa, que para mí fue un golpe bajo a mi orgullosísimo hábito lector. Gané "El rey del pío pío" de Eusebio "chato" Grados, a quien no he escuchado ni tengo noción alguna de su trayectoria literaria. Por más que supliqué al señor del stand cambiar mi premio por un lapicero, mi solicitud fue denegada.

Dicha obra literaria comenta, por lo que leí en su contraportada, las aventuras de un hijo de minero que llegó a la capital de Cerro de Pasco y sus aventuras amorosas y no con Dina Páucar, Sonia Morales, Alicia Delgado, Abencia Meza y demás "estrellas del firmamento vernacular" (literalmente así escrito en el libro). Como si ello fuera poco, menciona que el autor no escribe con ninguna motivación ni aspiración literaria....entonces, ¿para qué demonios se malgasta papel en esta ocurrencia?

Me preguntaba, mientras decidía el futuro de mi premio, ¿acaso no existe un organismo regulador de lo que se publica? ¿las editoriales están en bancarrota para publicar cualquier huachafada de algún improvisado para ahuyentar al ya esquivo y sacrificado lector peruano? ¿así se incentiva la lectura?

Pensé en leerlo como algo anecdótico, pero si lo leía junto a Rostworowski y a Roncagliolo, probablemente terminaba imaginando a Pachacutec zapateando el pío pío junto a Abimael Guzmán en alguna fiesta chicha de la carretera central. Lo he dejado exiliado en manos de mi prima, quien me recomendará si es digerible como lectura anecdotaria o qué uso le podemos dar al papel en aras del reciclaje y la preservación del medio ambiente.

Estaré comentando en ruta los pormenores de esta obra sui géneris, mientras imagino a Melcochita decir: ¡No lo leas!

1 comentario:

Anónimo dijo...

jonathan:
posibles uso:
1-Para saber como no se escribe alguna webada.
2-Para llegar al foco.
3-Para recomendárselo a melcochita.
4-Para limiparme el culo.
5-Recuerden... reciclar ayuda al medio ambiente.