viernes, 30 de abril de 2010

Hablemos de sexo y prevengamos al SIDA


8.30 am Llega a consultorio un muchacho de 17 años, estudiante de medicina veterinaria, acompañado con su madre presentando unas llagas y ampollas en la palma de las manos y en la planta de los pies. Su semblante no es el mejor que digamos, además de manifestar diarrea crónica.

9.00 am Una señora de 70 años llega acompañada de su hija a su chequeo por VIH y luce de lo más normal. Me sorprendió ver a una mujer seropositiva llegar a tal edad y sin ningún síntoma, y eso que lleva 20 años de terapia antirretroviral.

9.30 am Un joven de 29 años llega pesando 48kg y totalmente demacrado, literalmente se le veía como una momia, manifiesta pérdida ponderal de 22kg y que lo más obeso que estuvo fue pesar 72kg. El paciente no relataba tener molestia alguna si no era por la mamá que le sacaba cada síntoma de a pocos, y eso que fue diagnosticado el 2002.

Este ha sido el panorama del día de hoy, mi último día en el Hosp. Cayetano Heredia, en el servicio de Medicina Tropical...algo bizarro. Desglosemos las historias narradas y veamos cual es el mensaje que trae hoy esta ruta.

El primer paciente, menor de edad, proviene de una familia modelo en la cual tuvo todo el amor del mundo y sus padres se preocuparon siempre por él. Al educarse en un colegio de sacerdotes católicos, jamás le enseñaron algo de sexo ni de lo riesgosa que es la promiscuidad. Sale de la escuela, ingresa a la universidad y por chat contacta con un sujeto de 24 años, el cual le enseña a descubrir los placeres del sexo (para todos los gustos hay). Bastó un par de relaciones para que la criatura tenga VIH y llegue a consulta con un recuento linfocitario de 50 (esto es como si se hubiese infectado a los 9 años). Hasta ayer la mamá seguía creyendo que su hijo era una continuación del espíritu santo y que el sexo es para GRANDES y para gente descarriada. Grandísimo favor que le hace la iglesia católica a nuestra juventud.

La señora nº 2 manifiesta haberse contagiado de VIH por su esposo 20 años atrás, ya enviudó y se le nota de lo más normal. Al examen clínico no tiene molestia alguna y se ve que probablemente llegue a los 80. Ella, a diferencia de su esposo, se tomó en serio la enfermedad y cumplió con la terapia asignada. Todos los del servicio nos quedamos sorprendidos y halagados con la grandeza de esta paciente. Está comprobado que las mujeres son quienes más sobreviven a esta pandemia, será por su no promiscuidad o quizá por su adherencia a la terapia.

Al tercer muchacho se le diagnostica VIH en el año 2002, como no tenía ningún síntoma se fue con su resultado a casa y lo guardó bajo 7 llaves. Pasaron casi 8 años y bueno, lo despiden del trabajo por impresentable, se encuentra semi cadavérico, no puede dormir echado, si tose siente que se le salen los pulmones y etc. Acude a la ONG donde lo iban a tratar (sí sí, una exclusiva para gente de gustos modernos) y al verlo tan feo lo derivan al Hosp. Cayetano Heredia. Llega acompañado de la madre, la cual se entera ahí que su retoño está en la fase SIDA, la cual sugiere su internamiento y que ella se va a hacer cargo del tratamiento del hijo. Realmente si no fuera por la madre, el sujeto este estaría esperando morirse para que alguien le dé una mano y entienda la gravedad de su enfermedad.

Presentando estos casos trato de realzar la importancia de la educación sexual y con énfasis la prevención de VIH e ITS en la población en general. Algunos (opus dei y los varones que deciden la fertilidad y maternidad de las mujeres) dicen que con ello se incita a los jóvenes a tener sexo...¿acaso no lo tienen, y aún peor, desinformados? ¿no pensó así la madre del cachimbo de veterinaria que llega con síndrome retroviral agudo? ¿el tercer paciente acaso no creyó que nunca le daría nada y que esto era un juego?

Sólo podremos prevenir mayores casos de VIH en el Perú educando a nuestra gente. Si los peruanos sabemos como contagiarnos, bueno, no lo haremos. Si sabemos que consecuencias terribles trae este mal, no seremos promiscuos y nos cuidaremos. Es cuestión de lógica. No se trata de que sólo los gays tienen VIH, claro está el ejemplo de la dama septuagenaria...está en la promiscuidad y en la falta de generosidad al tener sexo. Claro que los varones tenemos la tendencia a sacar los pies del plato. Seamos un poco más responsables.

P.D. El VIH no se contagia ni por un saludo ni por un abrazo. No les descriminemos, sino hay que apoyarles.


1 comentario:

Antonio Esquicha dijo...

Aprovecho este relato como agradecimiento público a todo lo que he aprendido en este mes que he pasado en infectología y medicina tropical. Queda mucho por hacer...saludos doctoras