Pensaba titular este post como Día de Arica pero la administración chilena (a la que pertenecemos los naturales de la zona) instauró como tal el 7 de junio, explicarlo está por demás; y la dedico a aquella que me vió abrir los ojos pero que, a mi pesar, no siento mía.
Un 25 de abril de 1541 se funda la villa de San Marcos de Arica sobre el asiento aymara local, convirtiéndose en el puerto natural de la vecina Tacna y del Alto Perú, por donde se exportaba la plata de las minas de Potosí. Bueno, como pueblo típico del virreynato peruano, luego se hizo ciudad y se independizó en 1821. Hasta ahí Arica pasaba desapercibida si Castilla no la hubiese declarado puerto libre y dinamizaba la industria nacional junto a la vecina salitrera Tarapacá.
Este dinamismo económico y comercial hizo que Chile se fijara en este humilde puerto y la retuviese junto a Tacna, Tarata, Iquique y Tarapacá, y que los lugareños tengamos que cambiar de nacionalidad, costumbres, culinaria, hora y cosas más. (Bueno, los ariqueños nos caracterizamos por ser los menos chilensis al celebrar 18 de septiembre, pero en politiquería, destacamos).
Luego de toda esta epopeya de 50 años, en la que Chile nos tuvo como colonia anexada, con matanzas de población indígena inocente, con quema de casas, exilios abusivos y migraciones forzadas y demás violaciones a los derechos humanos, que graciosamente Arica compartió con la heróica Tacna; viene la etapa chilena de este puerto.
¿Alguna diferencia? Bueno, ahora se dice po en lugar de pé, las calles cambiaron de nombre (p.e. 2 de mayo es ahora 21 de mayo, Castilla es Velázquez, Atahualpa mutó a Maipu etc), se celebra 18 de sept. en lugar de 28 de julio, la cueca es el baile oficial al organizarse en este nortino paraje el Campeonato Nacional de Cueca que ningún ariqueño que se precie debe perder, y otras nimiedades más.
Sin embargo, seguimos dependiendo de Tacna por el comercio, salud, mano de obra, gastronomía, etc; y ni hablar de los pueblos del altiplano ariqueño que, luego de tantos años, aún no se pueden adaptar a este nuevo panorama del primer mundo sudamericano. No es intención criticar a la administración chilena, pero comprendan que el norte grande tiene ciertas peculiaridades costumbristas y ancestrales que son de cholos y subdesarrollados para el santiaguino común. El año pasado escuché a algún político local que debemos vincular los lazos con Tacna y que somos el ombligo de Sudamérica, creo que tiene razón, estamos al medio. Sorry Qosqo.
En este 469 aniversario, me queda pedirle a Santiago que se acuerde de la XV Región, aproveche todo su potencial, no la ahorque con impuestos (peor no puede estar), se preocupe en integrarla con sus vecinos y no la arrincone como la tiene (es más fácil y provechoso ir de compras a Tacna que a Iquique, aduana de por medio).
Si nos quisieron tener, bien, agradecidos estamos (no se necesita visa para Europa, doble nacionalidad, compra de carros del año a buen precio, jeje), pero creo que también tenemos derecho a emitir nuestra voz y opinar sobre temas que son tan nuestros y que no dependen necesariamente de La Moneda. Lo del problema marítimo es otro pleito, con posiciones encontradas en la frontera, pero en fin. ¿Por qué no liberar el puerto como lo hicieron con la ley Arica I y II? ¿Por qué se llevaron la Zona Franca a la I Región? ¿No somos acaso más estratégicos?
Finalizo con una consigna que, creo, todo ariqueño tiene bien interiorizado. Fuimos peruanos y somos hoy, chilenos por obra y gracia del Perú. No permitamos que otra tercera nación ejerza sobre nosotros. ¡No a Bolivia! No tenemos nada que ver con su mediterraneidas, nacieron así, y no tenemos que sacrificarnos de nuevo por la unidad latinoamericana. Arica merece ser grande.
Saludos desde la migración forzada...recuerdo tus bellas y frías playas, tus asados en Azapa, del carrete en 18 sept, de los alpacos y vicuñas en Putre, y más.
P.D. para los nostálgicos, un retrato de la vieja Arica
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